
Hasta hoy no me había dado cuenta de lo mucho que adoro la lluvia…la extrañaba, sentía hasta en sueños su caer y su frescura. Siempre creí que la primavera y el otoño eran lo mejor, ahora estoy casi segura que es el otoño acompañado de una rica lluvia…de esa ligera, cuando no hace frío, cuando uno camina sin ningún apuro…parecidas a esas veces que salía de la u y era día viernes …la semana nos daba una pequeña tregua. Y llovía. Era lluvia sutil, que no hace daño a la vista, sí a las calles, sí a la gente apurada y que no sabe el valor de esa cálida lluvia… que a mi personalmente me hace sonreír. No hay sol, pero hay agua… hay vida igual, siento que en esos momentos vale la pena caminar, sentir, pensar y luchar por algo…con algo tan simple como ligeras gotas de lluvia que no se comparan con las del sur.
Atte Romy
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