martes, diciembre 26, 2006

¿Amigos para qué?

Sé, te he escrito un par de días anteriores...sin que llegues a saberlo, eso nunca. Cobarde al hacerlo, pero es imposible decirte estas palabras que también sé que bien no las tomarás... por encima de ello, no soy lo suficiente intrépida o buena para arriesgarte, mas aun tras las posibilidades existentes de perderte.

Jamás me mirarás de la misma manera y quizás las palabras se irán definitivamente entre nosotros, sin vuelta atrás.

Es la historia más vieja del mundo, manoseada por miles de enamorados que fueron correspondidos. Individuos que se atrevieron a confesar lo prohibido, lo ajeno a ellos e incorrecto en sus originales versiones. Los limites requeridos y cercados.

Miedo. Es difícil hablar contigo y da miedo. Palabras que deben brotar con cuidado, sensatez y devoción... de lo contrario podrían herir, no sé por qué... Inaccesible a tus sentimientos más profundos... ¿Qué piensas cuando no dices nada? ¿Qué sientes cuando no quieres hablar de algo que no te gusta? ¿Qué miras cuando tu mirada está perdida en algún recodo de la esquina de ese ayer, en que el paisaje que miras es una excusa para pensar e imponer el silencio?... ¿Podría diferenciar yo la tristeza de la tranquilidad en ti?..y esa sonrisa cuando una pregunta te incomoda ¿Podría definir sus significados?
Miedo a tu profunda tristeza, ganadora en ti desde siempre, bien disfrazada con tu alegría.

Eres la pesadilla constante de la cual quisiera escapar , esconderme y perderme para siempre en ella. Pesadilla invadida nuevamente por este miedo, de salir mal, de creer que pierdo, de que nada es cierto o nada lo fue alguna vez.
¿Amigos para qué? es poco lo que ambos sabemos de cada uno...de momento hemos concordado en la mayoría, que no es abundante...pero para mí es lo más importante que sostengo hasta el día de hoy.

Me han dicho que nunca me he enamorado...no se debe notar... ¿Quién dice que el Amor, por obligación, debe gritárse con palabras, con lágrima o con ensimismamientos permanentes y tristones? .
He enloquecido y recuperado la cordura luego de una quebrantable caída. Me haces ascender y luego caer casi atravesando esta capa de tierra. Y aún así no tienes la culpa...porque nada sabes, nada sospechas y nunca lo harás.

¿Y Si esto es un error y sólo es la amistad camuflada de algo más...si esto es sólo una equivocación que cueste y me cueste caro?...
Todos me dicen que estas loco, loco de atar, un lunático impredecible, un despistado de primera clase, cambiante para todo y en todo momento. Es cierto.

¿Amigos para qué? no sé, es la forma más fácil que he encontrado para conversar contigo.

No tengo razones suficientes para quererte así, pero aquí estoy dando motivos, algo raros, pero motivos al fin, para seguir siendo tu amiga, silenciosa amiga...en el silencio del anonimato. Anonimato un tanto gallina.


Romina

No hay comentarios.: