sábado, diciembre 01, 2007

Tú, mi dulce Melodía.


Tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte

y temores de oírte.

¿Cómo decir esto?

Podría empezar diciendo que no creo en nada. También que estoy segurísima que esto es un ensueño…uno de esos que ya me ha tocado vivir y siguen siendo desastrosos, una y otra vez.

Pero tú sigues dando cuerda, sigues entonando esa dulce melodía que me hace cerrar los ojos y dejarme llevar…visualizar aquellas atractivas notas…lo bastante simples como para no ser pasadas por alto; tan delicadas como para ser recibidas ante la primera aparición. Anestesia para días como hoy, agüita rica para calores como el de esta oportunidad; la palabra exacta para llenar los vacíos en la pobreza de vocabulario urgente…

¿Qué de malo tiene creer en la Magia; creer que a veces el tiempo es amigo y que un par de personas pueden coincidir; poder creer en esa gota de posibilidad? Debí haberlo imaginado antes...

No quiero avanzar más. Dejo hasta aquí toda alucinación. Toda imaginación o divagación a pesar de tus palabras, ya sean mentira, ya sean verdad. No voy a atreverme a ahorcar pruebas y a empujarte hacia palabras tranquilizadoras. No es lo mío hoy. No creo que quieras que sea lo tuyo hoy.

O podría comenzar diciendo que no existes, todo lo prueba.
Cómo me gustaría tener cinco años y así poder decir con toda tranquilidad que eres mi amigo imaginario, que puedo hablar contigo. Que estas presente, pero sólo en mi cabeza. Que no existes por que no te veo y eres títere de mi imaginación que contigo quiere jugar en la soledad de los sin hermanos ni amigos… ¿Me creerán?¿Me creeré a mi misma?. Así podrás desaparecer cuando la necesidad te reemplace por otra más urgente. La necesidad es buena jerarquizadora; la maestra cuando algo se debe sustituir porque ya no sirve. Así, con la necesidad entre mis planes, te disminuirás como un dulce sueño, una dulce melodía que debe terminar, porque como se sabe…ninguna melodía por bellísima y violenta, despertadora de emociones olvidadas, dura para siempre.

Tú, amor de mis sueños, melodía balanceante, no eres eterno. No lo fuiste.


Atte Romy

No hay comentarios.: